Skip to main content
Versión para impresiónVersión para impresiónEnviar enlaceEnviar enlace

Para T. Khun, la ciencia alberga influencias, es decir no sólo tiene determinaciones internas sino también externas. Cuando estos determinantes no se encuentran ya implícitos en la selección de datos o hechos a investigar ( no hay datos o hechos "puros") el condimento creencial y social se agregará desde el exterior ya sea desde una masa teórica, histórica o discursiva. Toda selección incluye una posición previa, aún en la contingencia del encuentro fortuito. Las interpretaciones, y descripciones sobre un mismo hecho pueden ser variadas. Según este autor, dichas divergencias, es parte de un proceso, que tiende, madurativamente, en el desarrollo de un campo científico a desaparecer. "... esas divergencias iniciales puedan llegar a desaparecer en gran parte alguna vez."8 La adquisición de consenso en un campo científico es un signo de raciocinio para T. Khun. Esta tendencia a la unificación alrededor de una concepción, se inicia con la parcialización de una problemática en el basto campo de la interrogación científica. Esta parcela que da lugar a escuelas, es anterior a la declinación de las diferencias a partir del paradigma. El triunfo de una escuela sobre otra anticipa lo que describirá como condición de toda teoría para que pase a tener el rango de paradigma: que sea mejor que sus competidoras, sin necesidad de explicar todos los hechos que puedan no encajar con ella. Aquello que fricciona o no puede ser contenido por la teoría, lo denominará anomalías; puntos aislados de desencaje que no hacen trastabillar la posición científica acerca del paradigma reinante.

La acumulación de anomalías es el punto clave del cambio paradigmático, sin embargo, no hay criterios justificables objetivamente que indiquen con precisión la forma de establecer la validez de las teorías y de su elección. Es, precisamente la Comunidad Científica la que establece estos criterios y la que lleva a cabo la elección mediante un acuerdo que les va orientar para escoger entre teorías e inaugurar una nueva tradición científica. De esta manera, la confianza que inspira la nueva teoría para resolver las cuestiones y problemas que el anterior modelo no pudo ser capaz de solucionar (anomalías), le da vigor y preponderancia. Este pasaje, discontinuo, incluye la idea de un progreso, aunque no simple ni lineal.

Entre un paradigma y otro, no hay mensurabilidad, no son comparables. Se resuelven algunos problemas y otros son abandonados, desjerarquizados por el nuevo paradigma. La Revolución Científica supondrá la trasposición sucesiva de esa confianza hacia el nuevo modelo hasta que éste quede configurado como la única tradición científica susceptible de llevar a buen término sus investigaciones y resoluciones.

Nos queda la pregunta por la "inmadurez", de acuerdo a esta óptica, de la mayoría de las ciencias sociales, cuestión que abordaremos a lo largo de nuestro trabajo. Nos adelantamos en algunos enunciados: las ciencias sociales, empapadas de la más abundante diversidad de métodos, objetos, teorías y concepciones, y además familiarizadas con la proliferación de "anomalías" parecen alejarse del apaciguador hallazgo de un paradigma. Reconocemos que las diferentes orientaciones en estas disciplinas, han dado lugar a competencias, rivalidades, guerras de prestigio y combates, relacionadas tanto al poder, las instituciones, la incumbencias y las profesiones, como al grado de desarrollo histórico-sociológico o psicológico al que remite Tomas Khun.