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Imposibilidad – insatisfacción - impotencia

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Freud enuncia la educación como una tarea imposible, la cual junto al gobernar y analizar, completa el trípode conceptual28. El carácter de imposible que menciona Freud deberá ser definido desde su propia obra, proponemos entonces aquí una lectura de tarea imposible como tarea no satisfactoria e inconclusa. Leemos en Freud "Hagamos aquí una pausa por un momento para asegurar al psicoanalista que tiene nuestra sincera simpatía por las exigentes demandas que ha de satisfacer al realizar sus actividades. Parece casi como si la de psicoanalista fuera la tercera de esas profesiones «imposibles» en las cuales se está de antemano seguro de que los resultados serán insatisfactorios29. Las otras dos, conocidas desde hace mucho más tiempo, son la de la educación y del gobierno"30.

Creemos que esta categórica posición, tiñe de forma dramática cierta concepción del hombre por parte del pensamiento de Freud.

La idea del hombre como concluso, unificado y realizado es apartada, renovando dicha pretensión con una noción del hombre como proyecto infinito. La educación como imposible indica en parte que la educación no termina. No es una tarea satisfactoria. Se abandona de esta manera el pensamiento de poner fin al proceso formativo de alguien y a la idea de acomodación prescriptiva a lo social. El ambicioso colofón es vaciado, acudiendo en su lugar la imagen del trabajo constante. La marcha. El resto irreductible. Diremos, acompañando a Freud que saber de antemano de esta imposibilidad permite no caer en los callejones sin salida de la impotencia.

El hombre es un infinito hacer-se. Estado incesante del siendo como marca del gerundio. La educación como tarea insatisfactoria e interminable puede ser encontrada ya en los Griegos, los cuales como colosales educadores sabían de esta imposibilidad. No se trataba de realizar la educación sino, por el contrario de llevarla adelante. En sus aseveraciones y pronunciamientos polémicos, el psicoanálisis es sobre todo en este aspecto un crítico de la pedagogía31 Algunos en una simplicación de la lección freudiana asimilan –positivamente - esta posición crítica con un manual de consejos al campo de la educación y sus agentes instándolos a concebir métodos más liberales32. Por otro lado los que –negativamente - ven en el psicoanálisis una pedagogía invertida, que intenta deshacer lo establecido por el proceso educativo-social-cultural.

Desde esta perspectiva Freud fue llamado antipedagogo, evidenciando una interpretación unilateral y negativa. En todo caso cualquier buen pedagogo, como agente técnico de la educación debería ser en efecto un antipedagogo.

El intento de normativizar y pedagogizar, al animal humano, surge como confrontación a esa imposibilidad de enseñar, domesticar o domeñar. Decimos: lo pedagógico surge como respuesta. En su proceso, que encierra un objetivo totalizante, uniforme y terminable debe incluir inevitablemente, como lo sugerimos anteriormente, un núcleo de imposibilidad, que no descarte su existencia estructural.

Incluir esto, no es más que dar cabida al sujeto del inconsciente. Sujeto no homogéneo, sobredeterminado y causado por la exigencia pulsional y su ligazón al laberinto de representantes. Insistimos, el sujeto del inconsciente deberá incluirse, como un concepto cardinal en cualquier reflexión que se tramite en las ciencias, la tecnología, la técnica, lo social y lo humano33. La concepción degradada de Freud, que lo presenta como arrasador de lo pedagógico y lo educativo, pasa por alto las pertinentes declaraciones del profesor de Viena sobre esos tópicos y sus esperanzas de colaboración. Por otro lado nos preguntamos: ¿la educación como tarea imposible, en su enunciación, no es un acto de enseñanza?.

El psicoanálisis, en sí mismo aguijonea a la epistemología, proponiéndose como un modo de investigación y aprendizaje. Este se despliega muy diferente a la temporalidad lineal, acumulativa y progresiva como ha sido concebida habitualmente por la practica educativa por ejemplo. Sin progresión lineal, sino abriéndose paso a través de cortes, saltos, discontinuidades, acciones diferidas, pone en cuestión la creencia en la perfectibilidad teleológica de lo intelectual como camino a concluir.

Coloca en maridaje -par dialéctico- a la ignorancia y al conocimiento como inseparables en el sujeto. Pensamos todo esto como una renovación al quehacer de las ciencias sociales aportado por el psicoanálisis34 No hay un camino simple desde la ignorancia al conocimiento, ya Freud llamo al niño como un "incasable investigador" de lo sexual y del mundo que lo rodea.

La tradición occidental tuvo un punto de culminación en la didáctica filosófica de Hegel. El saber absoluto (verdadero fin de la dialéctica) se trasluce en las consignas de agotamiento- a través de una investigación metódica- de todo lo que "hay" por conocer en una especie de culminación absoluta. Es bueno recordar aquí que toda formación discursiva hace tope en lo real, real entendido como aquello que escapa a la captura de lo simbólico. Al sujeto, ser de lenguaje, le está mediado su acceso a lo real. "Es que la realidad es para el psicoanálisis realidad del sujeto" "por lo tanto estamos ante la radical aceptación de las múltiples lecturas posibles de lo real, de las pluralidades de significados, de su deslizamiento bajo el significante. La no-univocidad del significado permite asumir este vórtice de los incontables puntos de mira, el florecimiento de la diversidad"35.

Finalmente, rescatamos lo que señala J. Lacan en su conferencia en Roma, que, aunque dirigidas a los psicoanalistas, son expresiones que estimamos valiosas para ser consideradas en cualquier labor discursiva-simbólica: "Lo curioso en todo esto es que el analista en los próximos años dependa de lo real y no lo contrario. El advenimiento de lo real no depende para nada del analista. Su misión, la del psicoanalista, es hacerle la contra. Al fin y al cabo lo real muy bien puede desbocarse, sobre todo desde que tiene el apoyo del discurso científico" continúa luego... " El asunto se pone gracioso tan sólo cuando los propios científicos son presa, no de la ciencia ficción, desde luego, sino presa de una angustia; esto sí es instructivo. A fin de cuentas, es el síntoma tipo de todo acontecimiento de lo real"36

Es la originalidad de la renovación freudiana- el descubrimiento de lo inconsciente- lo que le da esa posición revolucionaria que inquieta lo cultural, lo educativo y lo epistemológico. Lo expulsado, retorna desde la estructura teórica del psicoanálisis no sin consecuencias.

- Jorge Rodríguez Solano
Mayo del 2002