Skip to main content

SEMINARIO CLÍNICA PSICOANALITICA EN LA URGENCIA

Posted in
Versión para impresiónVersión para impresiónEnviar enlaceEnviar enlace

Trabajo final del Seminario "Clínica psicoanalítica en la urgencia"  UNR /  Agosto 2011/

Alumna MARIA FLORENCIA IMHOOF

 

La suspensión del sujeto

 

Cuando tenía que elegir entre los seminarios de pre-grado para cursar, no dude en hacer “La clínica psicoanalítica en la urgencia”, ya que eran conceptos que en su conjunto me llamaron mucho la atención. Creo que este “llamado de atención” venía de la mano de la curiosidad, curiosidad de lo desconocido, y digo desconocido, porque a pesar de que los conceptos “clínica” y “psicoanálisis” ya nos son conocidos, el concepto de urgencia,  parecería ajeno a nuestra profesión; más bien ligado a la clínica médica psiquiatra “…haciendo lugar a la intervención psicofarmacológica imperial e instalando una clínica de la mirada y el silenciamiento “sintomático” clausurando el decir.” [1]

Me sedujo  la idea de pensar a todos estos conceptos juntos; a percibir que existe un “más allá del principio de la clínica estándar”, si bien esto es un concepto, todo, inventado por mi, me llevó a concebir la idea de un espacio  por fuera de la estandarización de los sujetos, que existen momentos de crisis en los cuales los pacientes enfrentan una urgencia subjetiva y particular.

Al comenzar  a proyectar ideas sobre mi trabajo para este seminario, inmediatamente “se  hizo letra” en mi mente un texto escrito por Julio Cortazar, llamado Me caigo y me levanto[2]

A partir de este disparador comencé a hacerme una serie de preguntas vinculadas con el texto y el tema que concierne al seminario: ¿Recaída de que? ¿Caer de donde? ¿Que es lo que nos sostiene? ¿Si caemos es porque no siempre estamos sujetos ($) a algo? ¿Subimos? ¿Caemos? ¿Podemos encontrar un punto medio? ¿Donde está ubicado el sujeto en un momento de urgencia?

Es a raíz de estas inquietudes que decidí hacer un recorrido de los conceptos fundamentales que se tocan cuando se habla de urgencia. Estos son: momento transestructural, trauma, angustia y acting out.

 

Siempre se asocia el psicoanálisis a la clínica de la neurosis, donde por medio de la transferencia se crea un lazo, que permite al analista y al analizado preparase para afrontar la constitución infantil. Toda neurosis es infantil. Esta, por medio de la transferencia se traslada a la enfermedad artificial; se crea una especie de montaje, en la cual la neurosis infantil se renueva en la enfermedad artificial.  Se llega a la resolución de la trasferencia, por medio de la disolución de la trasferencia.

Esto no sucede en la urgencia. En el “momento clínico de la urgencia” el esquema está entre paréntesis. Este es un momento TRANSESTRUCTURAL, que exige maniobras específicas del analista. Solo va a ser una urgencia subjetiva, cuando la persona que lee esta urgencia es un analista.

Hay algo que no funciona en la cadena significante, algo se rompe en este momento. El significante pierde su capacidad para significar en la cadena, ya no representa al sujeto y se significa a si mismo.

La estructura es la respuesta a lo Real; en la urgencia, la estructura pierde sus coordenadas y se encuentra con lo Real, que sorprende al sujeto en el trauma, provocando angustia.

En la urgencia el sujeto está suspendido. La ligadura de la pulsión a un representante esta en suspenso. Esto me remite a un fragmento del texto de Cortazar donde expresa que:  “…no toda recaída va de arriba a abajo, porque arriba y abajo no quieren decir gran cosa cuando ya no se sabe dónde se está…” [3] 

Se me presenta así, la idea de caer y subir de la escena, conceptos que Lacan desarrolla en el Seminario X como pasaje al acto y acting out. Es en ese…”cuando ya no se sabe donde se esta…”, cuando parece no encontrarse suelo, ni cielo; cuando el mundo nos tiembla y no tenemos de donde sostenernos; donde se encuentra el sujeto cuando es desalojado de la cadena significante, del mundo simbólico.

Ahora entiendo de qué sujeto habla Lacan cuando nombra el acting out o el pasaje al acto; que bien corresponde con el sujeto en la instancia de urgencia.  Sujeto a un Otro que hace agua, sujeto a un trauma; y no sujeto a significantes que puedan representarlo como sujeto dividido.

Se trata de que “Teóricamente a nada o a nadie se le ocurría recaer pero lo mismo está sujeto, sobre todo porque recae sin conciencia, recae como si nunca antes.”  [4]

Esta cita, la tomo como puntapié para desarrollar el concepto de trauma como parte constitutiva del sujeto, y por eso esta frase de Cortázar, me remite a lo pésimo decayentes que somos.  Es cuando se recae sin consciencia, es cuando se produce la caída de las referencias identificatorias.

Donna Bentolina, hace referencia al trauma como un seceso inevitable que todo ser humano debe atravesar, para ingresar al universo simbólico. Haydée, Heinrich en su texto “Trauma” hace referencia a Freud y afirma que hay que pensar a la escena traumática, no a nivel de la realidad material, sino a nivel de la realidad psíquica.

Lo traumático para Freud es: “…una vivencia que en un breve lapso provoca en la vida anímica un exceso tal en la intensidad de estímulos que su tramitación o finiquitación {Aufarbeitung} por las vías habituales y normales fracasa, de donde por fuerza resultan trastornos duraderos para la economía energética.” [5]

 Se podría decir, entonces que la primera escena traumática por excelencia es cuando el sujeto se enfrenta  a la castración, que inaugura la posibilidad de la neurosis. Lo importante es como el sujeto vela esa escena a través del fantasma. Es ese primer tiempo de renuncia pulsional fundante del sujeto. En un segundo tiempo estaría el juego del fort-da del niño, en el cual, él necesita renunciar al goce de la madre, volviéndose esto traumático, pero al mismo tiempo, se pone el acento en el “fort”, que es la ausencia que permite al niño ingresar en el mundo del lenguaje, de la palabra, esa palabra que sustituye el objeto original, pero que nunca consigue nombrarlo completamente, son esas  “…palabras, recayentes, deplorables…” [6]

Si esta irrupción de la pulsión es traumática, es porque viene desde el Otro, y va a depender de cómo este Otro primordial respondió a esta demanda del niño en su constitución como sujeto; y de como reacciono el niño a estas vivencias, si reprimió o no la pulsión.

Ambas autoras, Haydée y Donna señalan dos tipos de pacientes: podemos hablar de neurosis cuando ha habido trauma y el trauma ha sido reprimido, con el consecuente retorno de lo reprimido en las formaciones del icc., donde el sujeto va a ser representado en el síntoma, sueño, lapsus, fallidos. El sujeto es representado en el significante.

Otros pacientes,  que parecen haber fallado la ligadura, quienes no han podido reprimir el trauma y los deja expuestos a una permanente actualidad.

Cuando falla la ligadura, se puede decir que el sujeto no esta preparado, no esta angustiado y, entonces será sorprendido por esta irrupción, o bien, que la energía es de una magnitud que no pudo metabolizarla.

A propósito de esta forma que tiene el sujeto de defenderse contra el trauma, Freud, nos advierte que la angustia es señal en el yo. De esta manera, nos dice que “…el estado de  apronta angustiado, brinda una señal para impedir el estallido de una grave angustia.” “La angustia señal es la respuesta del yo a la amenaza de una situación traumática, amenaza que constituye una situación de peligro…los peligros internos…tienen como carácter común el implicar la separación o pérdida de un objeto amado o la pérdida de su amor; esta separación o pérdida puede, por diversas vías, conducir a una acumulación de deseos insatisfechos, y por ende, a una situación de desvalimiento.” [7]

El efecto traumático va a estar ligado a la manera en que el Otro primordial respondió a la subjetividad del niño, si el sujeto puedo metabolizarla, simbolizarla, es decir,  reprimirla. El Otro puede ser un obstáculo en el pasaje de lo traumático a la simbolización y el universo del lenguaje.

“…cuando el sujeto no puede hacer uso de los recursos ofrecidos por el orden simbólico -en particular el síntoma- el retorno de la experiencia traumática puede ser a través del acting out…”[8]. Entiendo por esto que cuando el sujeto no ha podido tramitar el trauma, a través del mecanismo psíquico de condensación y desplazamiento, se lo actualiza a través de una mostración que el sujeto hace al analista (en el caso que así suceda), de un accionar como resistencia al recuerdo. En el trauma hay algo que no se articula, que no entra en asociación.

Acting out y pasaje al acto, Lacan los diferencia muy bien en el seminario X “La angustia”[9], pero afirma, que ambos son respuestas a la angustia.

En estos pacientes que operan con acting out, actúan por fuera del mundo simbólico su trauma, es el sendero que atraviesan entre la salud y la locura, entre descompensación y hacerse pedazos.

Cuando están en análisis, estos pacientes, son incapaces de seguir la regla fundamental de asociación libre. Siempre hay que recordar que el acting out es una suerte de comunicación simbólica, es un llamado al Otro que lo abandono, llamado al analista; y va a depender de la intervención de este, que ese llamado pueda ir hacia el discurso, y así recordar; o hacia el pasaje al acto. Ya lo decía muy bien Julio Cortazar En lo mas recaído hay siempre algo que pugna por rehabilitarse” [10] y va a depender de la escucha de ese llamado a “rehabilitarse”, que el sujeto pueda ir hacia el discurso, solucionar la angustia dándole lugar a la formación del síntoma.

Cuando el accionar se produce en análisis, se lo ve como una mostración al analista; no es exhibicionismo, pues éste quedaría del lado de la perversión, no de la mostración en la escena, el “subir a la escena” como lo llama Lacan, en contra posición a “dejarse caer” como pasaje al acto.

Freud, afirma que “…el analizado, no recuerda, en general, nada de lo olvidado y reprimido, sino que lo actúa. No lo reproduce como recuerdo, sino como acción, lo repite, sin saber, desde luego, que lo hace.” [11]

Se relata como del acontecer de una escena ya desplegada que sorprende tanto a analista, como analizado. Esta dirigida a Otro que no está mas en lugar de analista; deja bacante la función interpretante.

Se produce una escena como escenario principal, como signo, como imagen. Es el retorno de lo Real como imagen. Opera el significante desde lo Real, como dice el profesor Jorge Rodríguez Solano, este es enigmático, y se muestra, desde una acción, no desde la simbolización.

 

Lacan acentúa la relación del a minúscula con el Otro mayúscula, para explicar el acting out y el pasaje al acto. “El aislamiento de a se produce a partir del Otro que se constituye como resto.” [12] La existencia del Otro esta suspendida en la falta, de ahí el Otro tachado. Pero de esta falta que sostiene al Otro  hay un resto que es a. Se trata del exceso de goce del Otro, con el cual el sujeto no ha podido responder con el fantasma.

En el acting out, en la mostración, que solo esta velada para el sujeto del acting out, en la medida que eso habla, que podría producir verdad, es visible. Lo esencial de lo que es mostrado, es aquel resto, su caída, lo que cae de la escena. Lo que se deja ver tras el velo de lo actuado. Es inmotivado psíquicamente, el paciente, no sabe que esta haciendo eso.

 

  Esto actuado por fuera de lo simbólico, que “habla desde lo Real”, esa “libra de carne”, [13] como dice Lacan. Llama a la interpretación, dirigido al Otro, y si esta en análisis se dirige al analista.

Es un “amago de la transferencia”, la maniobra del analista lo debe dirigir al paciente hacia el síntoma, se debe sacar al sujeto del paréntesis en el que se encuentra e intentar establecer transferencia. 

Freud, postula, que el analista no va a trabajar como habitualmente lo hace, invitando al paciente a asociar libremente, porque el paciente esta fuera de la trasferencia. “Se dispone a librar una permanente lucha con el paciente a fin de retener en un ámbito psíquico todos los impulsos que el querría guiar hacia lo motor, y si consigue tramitar mediante el recuerdo algo que el paciente preferiría descargar por medio de una acción, lo celebra como un triunfo de la cura.” [14]

Las intervenciones del analista deben apuntar a la restauración subjetiva. Siempre se trata de que el sujeto hable, que se represente.  Cuanto más consistente es el Otro, el sujeto queda en posición de objeto. Se debe reestablecer la función del Otro del deseo, generando escucha, dando un lugar al sujeto. Como dije más arriba, el sujeto, en momento de urgencia esta desalojado, por eso es que se tiende a hospedar al sujeto en una intervención que nada tiene que ver con la medicalización, sino una diferenciación de un interno y un externo. Hay que darle la posibilidad al sujeto de crear su lugar, su espacio. 

Introduciendo otro concepto, y siguiendo el camino de la cura, Lacan habla de “acto”, que a diferencia del acting out y del pasaje al acto, éste es simbólico. “Una cualidad fundamental del acto es que al actor se lo puede hacer responsable de él…” “Ni el acting out, ni el pasaje al acto son verdaderos actos, puesto que en tales acciones el sujeto no asume la responsabilidad por su deseo.” “…en la cura psicoanalítica el sujeto es enfrentado con el deber ético de asumir su responsabilidad incluso por los deseos inconscientes expresados en sus acciones.” [15]

 

A modo de cierre, vuelvo a citar a un gran artista que me parece que hace una excelente descripción de los seres humanos sujetos a la recaída, a esa vuelta al barro de la culpa, pero que puja por una rehabilitación, montándose en una escena, en una actuación que por fuera, grita, llama al Otro para que acuda a su escucha.

 

“Hay quien ha sostenido que la rehabilitación sólo es posible alterándose, pero olvidó que toda recaída es una desalteración, una vuelta al barro de la culpa. En efecto somos lo más que somos porque nos alteramos, salimos del barro en busca de la felicidad y la conciencia y los pies limpios. Un recayente es entonces un desalterante, de donde se sigue que nadie se rehabilita sin alterarse. Pretender la rehabilitación alterándose es una triste redundancia: nuestra condición es la recaída y la desalteración.” [16]

 

 Comentario sobre el seminario

Con relación al recorrido del seminario, a la transmisión del contenido, me pareció una instancia muy importante, ya que son conceptos que a los alumnos nos costaba pensar en relación a nuestra práctica.

Particularmente me interesé en el tema del seminario porque me encontré cursando quinto año de la carrera psicología, y no sabia como responder, ni siquiera me imagina como intervenir en un momento clínico de urgencia. No sabía en que posición se encontraba el sujeto en el momento de crisis subjetiva, ni como se debía intervenir desde nuestra práctica.

Creo estar más preparada para enfrentar un momento de urgencia; si bien cada caso es particular, hoy tengo herramientas con las que antes no contaba.

Sobre todo me gustó la idea de pensar al psicoanálisis por fuera de la estandarización a la que es sometido a la hora de transmitir su conocimiento, al menos en este establecimiento educativo.

Siento que fue un espacio en el cual, pude “abrir mi cabeza” y mirar la otra cara con la que el psicoanálisis puede trabajar. 

Haciendo referencia al acting out, uno de los conceptos trabajados, considero que este seminario es un “llamado a la escucha”, a los modos de enseñanza que están establecidos en esta facultad.

Considero que el psicoanálisis es más amplio que una estandarización de sus saberes en un consultorio privado, trabajando con pacientes que acceden a la regla fundamental de la asociación libre.

Bibliografía

  • Sigmund, Freud. Obras completas: Inhibición, síntoma y angustia y otras obras. Buenos Aires-Madrid. Amorrortu Editores, 1925-1926. 77; 79 p.
  • Sigmund, Freud. Obras completas: Nuevas conferencias de introducción al psicoanálisis y otras obras: 18° conferencia. La fijación al trauma, lo inconciente. Buenos Aires-Madrid. Amorrortu Editores, 1932-1936.
  • Sigmund, Freud. Obras completas: Nuevos consejos sobre la técnica del psicoanálisis: Recordar, repetir y reelaborar. Buenos Aires-Madrid. Amorrortu Editores, 1914.
  • Lacan. El Seminario de J. Lacan. Libro 10: La angustia. Buenos Aires. Paidos Editores, 1962 – 1963. Clase 9.
  • Heinrich, Haydée. Reunión Latinoamericano de Psicoanálisis: Trauma. Montevideo. Noviembre, 1991.
  • Bentolila, Donna. La inminencia y actualidad del trauma.
  • Acting out. En: Diccionario introductorio de psicoanálisis lacaniano. Buenos Aires. Paidos Editores, 1998. 29; 30 p.
  • Acto. Ibid.

 

 

 

 

 

 


[2] Cortázar, Julio. Me caigo y me levanto. http://www.youtube.com/watch?v=PMWonO8jsdU

[3] Cortázar, Julio. Op cit., p. 1

[4] Ibid.

[5] Sigmund, Freud. Obras completas: Nuevos consejos sobre la técnica del psicoanálisis: Recordar, repetir y reelaborar. Buenos Aires-Madrid. Amorrortu Editores, 1914.

[6]Cortázar, Julio. Op. cit., p. 1; 2.

[7] Sigmund, Freud. Obras completas: Inhibición, síntoma y angustia y otras obras. Buenos Aires-Madrid. Amorrortu Editores, 1925-1926. 77; 79 p

[8] Bentolila, Donna. La inminencia y actualidad del trauma.

[9] Lacan. El Seminario de J. Lacan. Libro 10: La angustia. Buenos Aires. Paidos Editores, 1962 – 1963. Clase 9.

[10] Cortázar, Julio. Op. cit, p. 1; 2; 3.

[11] Sigmun, Freud. Op. cit, p. 3.

[12] J. Lacan. Op. cit, p. 4

[13] Lacan, J. Op. cit, p. 4;5

[14] Sigmund, Freud. Op cit, p 3; 5

[15] Diccionario introductorio de psicoanálisis lacaniano. Buenos Aires. Paidos Editores, 1998. 29; 30 p

[16] Cortázar, Julio. Op. cit, p1;2;3;4.