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LA REACCION TERAPEUTICA NEGATIVA . UN HECHO CLINICO

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Trabajo publicado en el Texto "El sujeto en la experiencia analitica" UNR Editora

La reacción terapéutica negativa RNT. Un hecho clínico

Jorge Rodriguez Solano

El concepto de RTN (1) , aparece en el corpus teórico del psicoanálisis como un concepto de implicancia clínica. En la masa conceptual es presentado como un concepto secundario. Restituir su importancia, señalando los pliegues de sus articulaciones y sus consecuencias es el intento de este trabajo. En toda Teoría - en el sentido epistemológico general del término - se distinguirán conceptos mayores y menores. Sabemos de los conceptos fundamentales del Psicoanálisis, sin los cuales caeríamos en un extraterritorio que desdibujaría nuestro campo. Por otro lado, clásicamente se entiende: los conceptos menores son aquellos que pueden ser suprimidos o relegados sin que el cuerpo teórico altere su identidad. La Reacción Terapéutica Negativa, sometida a un procedimiento de elaboración con conceptos enlazados, sin establecer tales jerarquías, registrará una importancia crucial. Cuando revisamos la bibliografía, tanto en textos teóricos como clínicos, sorprende la poca recurrencia a la RTN, aún en aquellos casos en los cuales la renuencia al uso del término nos llama la atención, pues la ausencia del mismo torna confuso el planteo, dado que de alguna manera cobran presencia conceptos contiguos a la RTN, sin nombrarla. Esta vacante, es significativa, más aún cuando se trata de un momento clínico necesario a reconocer. Indica nudos importantes en la dirección de la cura como asimismo nombra uno de los posibles efectos de las intervenciones del analista, es decir, las interpretaciones o construcciones. Podemos recordar que, como obstáculo en la clínica, al decir de Freud nos guía en el trabajo. El enlace de la RTN con las resistencias explicitado por Freud en Inhibición Síntoma y Angustia trasluce sin rodeos, en el año 1925 una indicación a seguir: el vínculo entre las resistencias y la RTN junto a su articulación con la segunda tópica (2). Así, en referencia a las modalidades de resistencias, escribe: “La quinta - la del Superyó -, últimamente descubierta, es la más oscura, aunque no siempre la más débil, y parece provenir de la conciencia de culpa o necesidad del castigo. Esta resistencia desafía todo movimiento hacia el éxito y, por tanto, toda curación por medio del análisis” (3)

(1) RTN reacción terapéutica negativa

(2)“Inhibición, síntoma y angustia” Apéndice A 1926 (1925) Sigmund Freud Amorrortu editores T 20 Pág. 163

(3)De la historia de una neurosis infantil 1918 (1914) Sigmund Freud Amorrortu editores T. 17 Pag 57

La reacción negativa nos muestra un par opositivo entre acción-reacción, en el cual se invierte el signo, lo negativo indicaría allí la anulación de la acción. Más ajustadamente diremos, que quizás se trata de algo que queda por fuera de la acción (simbólica) que, en el análisis intenta desarmar la transacción sintomática. La reacción será intento de restitución del equilibrio sintomático abandonado, como fuerza que fuerza. En 1916, en su texto sobre los tipos de carácter (4) sostiene un interrogante y una vinculación interesante con la necesidad de punición, anticipo de lo que en 1925 nombrará como resistencia del Superyo (5) “La labor psicoanalítica nos muestra que son poderes de la consciencia moral los que prohíben a la persona extraer de la dichosa modificación real la ventaja largamente esperada. Pero es dificilísimo precisar la esencia y el origen de estas tendencias enjuiciadoras y punitivas que aparecen, muchas veces, donde menos esperábamos hallarlas” Con el desarrollo de la segunda tópica, y teniendo descripta la compulsión a la repetición como cierre de su modelo pulsional, en 1923 circunscribe lo que llama un hecho clínico la Reacción terapéutica negativa: “Para el estudio de estas relaciones, habremos de tener en cuenta determinados hechos clínicos (*), que sin constituir ninguna novedad, no han sido todavía objeto de una elaboración teórica. Hay personas que se conducen muy singularmente en el tratamiento psicoanalítico. Cuando les damos esperanzas y nos mostramos satisfechos de la marcha del tratamiento, se muestran descontentas y empeoran marcadamente. Al principio, atribuimos este fenómeno a una rebeldía contra el médico y al deseo de testimoniarle su superioridad, pero luego llegamos a darle una interpretación más justa. Descubrimos, en efecto, que tales personas reaccionan en un sentido inverso a los progresos de la cura. Cada una de las soluciones parciales que habría de traer consigo un alivio o una desaparición temporal de los síntomas, provoca, por el contrario, en estos sujetos, una intensificación momentánea de la enfermedad, y durante el tratamiento, empeoran en lugar de mejorar. Muestran, pues, la llamada reacción terapéutica negativa.”(6)

(4) Algunos tipos de carácter dilucidados por el trabajo psicoanalítico 1916 Sigmund Freud Amorrortu Editores T 14 Pag. 323.

(5)Supra Pag. 1

(*) el subrayado es mío.

(6)El yo y el Ello. Sigmund Freud 1923. Amorrortu editores T. 19 V Pág. 49

Las preguntas de inicio que proponemos, necesaria para darle su estatuto a la RTN son: ¿Este hecho clínico, es contingente, acontece regularmente en la clínica o es excepcional, o por el contrario responde a factores de orden estructural? De ser estructural, ¿deberemos atender a su presencia en todo análisis? Freud parece por momentos designarla como una resistencia, permutando francamente los términos: “Analizada esta resistencia en la forma de costumbre y sustraídas de ella la rebeldía contra el médico y la fijación a las formas de la enfermedad, conserva, sin embargo, intensidad suficiente para constituir el mayor obstáculo contra la curación, obstáculo más fuerte(*) aún que la inaccesibilidad narcisista, la conducta negativa para con el médico y la adherencia a la enfermedad”(7). Vemos que Freud no ahorra nada para dimensionarnos la dificultad con la cual la cura suele encontrarse “el obstáculo más fuerte”, indicando una magnitud de consideración. Dirá que esta resistencia depende de un factor de orden moral, de una necesidad de castigo, satisfecha en la enfermedad, en donde la enfermedad tiene una significación primera de castigo. Con desanimo para reducir tal obstáculo, Freud presenta la RTN como una hecho clínico habitualmente hallable en toda cura. “...Este sentimiento de culpabilidad no se manifiesta sino como una resistencia difícilmente reducible, contra la curación.” “...Lo que antecede corresponde a los casos extremos, pero tiene efecto, también, probablemente, aunque en menor escala, en muchos casos graves de neurosis, quizá en todos*”(8). Cuando recurrimos a otros autores encontramos posiciones diversas, que sin embargo no logran explicar con claridad la dimensión de este observable clínico: Así, en 1933 Wilhelm Reich(9) sugirió que la RTN acaecía cuando no se había empleado la técnica adecuada, es decir cuando no se había analizado la transferencia negativa. Como vemos, Reich en su intento trata un aspecto de la técnica, y esto será dependiente de la mayor o menor destreza del analista, y de la concepción de la cura que se tenga. Por otro lado, en un conocido trabajo del año 1936 Joan Riviére(10) extiende el concepto y señala que la RTN no es un índice cierto que indicara que el paciente no fuera analizable, removiendo

(7)El yo y el Ello. Sigmund Freud 1923. Amorrortu editores T. 19 V Pág. 49

(*) subrayado mío

(8)El yo y el Ello. Sigmund Freud 1923. Amorrortu editores T. 19 V Pág. 49

(9)Análisis del carácter W. Reich Editorial Paidós 1972

(10)“Contribución al análisis de la reacción terapéutica negativa” 1936.Riviere Joan Bs. As. Revista de Psicoanálisis APA Vol. VII 1949-50

escasamente en su texto el valor de roca, obstáculo no remisible que nos plantea Freud. Riviére afirma críticamente que no siempre esto es motivo de interrupción de tratamiento, advirtiendo que el concepto parece ser inespecífico, y podría abarcar todas aquellas situaciones en las cuales el paciente no se beneficia con el tratamiento analítico. No creemos que dicha expansión sea así. Freud, a nuestro entender, tiene un gesto conceptual definido y delimitado; específicamente entramado a la segunda tópica y esencialmente al Superyo. Este paisaje muestra, además, una discusión de la época sostenida largo tiempo por ciertas orientaciones dentro del psicoanálisis y que aún hoy parece tener vigencia: la analizabilidad, el paciente no analizable, los casos refractarios al análisis, etc. Debemos advertir que este acotamiento del término RTN, que reconocemos en Freud, permite que el mismo no sea empleado para referirse a todos(11) y cada uno de los empeoramientos del paciente durante el tratamiento analítico, como también en el variado campo de las psicoterapias. Por ejemplo: en los pacientes que reciben tratamiento en instituciones hospitalarias o sanatoriales, la jerga médico psiquiátrica acuñó el término de institucionalismo u hospitalismo, para referirse a una dependencia notable del paciente con la institución, acomodación ésta que generaba una recidiva sintomática al momento de la externación. Lejos estamos de pensar en la RTN aquí, sino más bien en ese campo difuso de las transferencias imaginarias no trabajadas, propias de la clínica psicoterapéutica en instituciones, entre otras causas, como asimismo admitiremos el beneficio secundario agregado de la enfermedad.

1900 – 1937 interpretación / construcción

Retomando lo propuesto al comienzo, en cuanto a las intervenciones del analista y sus efectos, recortamos un segmento intertextual anunciado en el subtítulo. En 1937, Freud distinguió entre interpretación y construcción para referirse a los instrumentos del analista. La interpretación (deutung) centrada en un elemento del discurso, intenta restituir lo reprimido, ensamblándolo con una nueva significación, de esta manera toda interpretación es al mismo tiempo una des-interpretación (¿significación primera?). Se trata en cambio de una construcción cuando proponemos al paciente un fragmento reconstruido de su historia que ha olvidado (reprimido). La noción de interpretación, de una complejidad inevitable es instaurada predominantemente en el año1900 a partir de la Interpretación de los sueños y se modificará más adelante. A partir de 1912, en los trabajos sobre técnica, el análisis deberá tomar en cuenta la transferencia y no simplemente a la significación (bedeutung) de los pensamientos inconscientes. Sabemos que con el concepto de transferencia cobra luz la coacción de la repetición (Wiederholungszwang), es decir lo que resiste a la rememoración. El más allá, produce el giro monumental de 1920 con la Pulsión de Muerte. No todo es retorno de lo reprimido, no todo toca lo reprimido. Con este Concepto Freud, nos indicará que al análisis ya no le bastará, en un esfuerzo de rememoración del sujeto, recordar lo olvidado, con sus variadas formas de retornos, mostrando esta tendencia como domesticable dentro del principio de placer, sino por el contrario deberemos enfrentarnos con algo indomable, con algo más originario. Un goce más allá del placer y sus inscripciones que aparece como lo no esperado, revelando formas duras de repetición, que trataremos de describir. Diremos: resiste a la solución homeostática y resiste al desarme sintomático, la RTN entonces, será señal. En Construcciones en el Análisis, encontramos el testimonio de un giro de perspectiva. La meta del trabajo analítico, la recuperación de los recuerdos perdidos vía el levantamiento de la represión es sometida en este texto a un movimiento severo: ahora se trata de la exigencia de construir una verdad histórica. Freud señala el aspecto preliminar de la construcción(12) , y nos pone nuevamente ante la reacción del paciente frente a las narraciones e imágenes(* ) ofrecidas por el analista, “En el presente artículo nuestra atención se dirigirá exclusivamente a este trabajo preliminar realizado por las construcciones. Y aquí, ya al comienzo, se presenta la cuestión de qué garantías tenemos de que mientras trabajamos en ellas no cometemos errores y ponemos en peligro el éxito del tratamiento presentando alguna construcción que sea incorrecta.” Advertencia mediante contra la sugestión por parte del analista, Freud continúa marcando la dimensión de aquello que acontece en el paciente luego de la intervención constructiva: “De lo que precede surge ya que en modo alguno estamos inclinados a descuidar los indicios que derivan de la reacción del paciente a la comunicación de una de nuestras construcciones”(13) Invocando la experiencia analítica, señala la falta de daño alguno por una construcción incorrecta, pero lo que aquí queremos remarcar es como la reacción del paciente es tomada como...

(11)Advertencia que registramos en Joan Riviére

(12)Algunos analista, extraviados en un concepto de temporalidad ajeno al psicoanálisis, sostienen que la construcción requiere de “x” tiempo de análisis, x cantidad de sesiones semanales , etc. No desconocemos aquí la pretensión de asegurarse, sin riesgo, de la completitud y verdad de la narración constructiva, Freud, en esto es inequívoco: nos lo indica como trabajo preliminar, en una suerte de ida y vuelta con la interpretación. Nos resuena esto a: cuatro sesiones semanales, y diez años después la madura e integral construcción.

(*)“y lo deseado es una imagen confiable, e íntegra en todas sus piezas esenciales, de los años olvidados de la vida del paciente.” Construcciones en el análisis. 1937 Freud S. Amorrortu editores T 23 Pág. 260

(13)Construcciones en el análisis. 1937 Freud S. Amorrortu editores T 23 Pág. 263

índice y baliza del trabajo de construcción - reconstrucción. Hace a nuestro interés esta demarcación, pues párrafos más adelante hilvanaremos la RTN, con un punto ciego, de la construcción, con un más allá. En el trabajo analítico, la reconquista de los recuerdos se sirve de lo ofrecido por el paciente, el inventario señalado por Freud podemos destacarlo como sigue: Retazos de recuerdos en sus sueños, bajo deformaciones propias del procedimiento onírico, incrustaciones es decir ocurrencias e irrupciones durante la asociación libre, mociones de afectos tanto como reacciones ante éstas, y por último, el valor indicial (anzeichen) de la repetición de los afectos pertenecientes a lo reprimido, en las acciones tanto fuera como dentro de la situación analítica. Trozos / trazos. Toda construcción es solidaria del no todo, de la incompletitud, construcción parcial, que sobrelleva un resto ausente, por-venir. El si y el no del paciente, es decir su aceptación o rechazo ante el cuento, Freud lo tomará en consonancia con el aspecto incompleto de la narración “Por tanto el no del paciente no prueba nada respecto de la justeza de la construcción, pero se concilia bien con esta posibilidad. Como toda construcción de esta índole (¿preliminar?)** es incompleta, apresa solo un pequeño fragmento del acaecer olvidado, tenemos siempre la libertad de suponer que el analizado no desconoce propiamente lo que se le comunicó, sino que su contradicción (¿contra relato?)** viene legitimada por el fragmento todavía no descubierto (construído-reconstruído)**” Y concluye “... la construcción, ciertamente no se lo ha dicho todo”(14) Advertimos entonces, que la tendencia a lo totalidad reconstructiva, solo especifica eso, una tendencia. La construcción integral, aparece vista de este modo como un relato con efectos de convicción, y vendrá al lugar del recuerdo nunca olvidado, será integral por integrada, por su absorción en las significaciones del analizante, no por su completitud. Atendiendo a la propuesta freudiana, el no y lo negativo confirma la verdad como próxima. La tormenta transferencial será brújula: “Cuando el análisis está bajo la presión de factores intensos que arrancan una reacción terapéutica negativa, como conciencia de culpa, necesidad de masoquista de padecimiento, revuelta contra el socorro del analista, la conducta del paciente luego de serle comunicada la construcción suele facilitarnos mucho la decisión buscad"a. Si la construcción es falsa

, (14)Construcciones en el análisis. 1937 Freud S. Amorrortu editores T 23 Pág. 264

no modifica nada en el paciente; pero si es correcta, o aporta una aproximación a la verdad, él reacciona frente a ella con equívoco empeoramiento de sus síntomas y de su estado general”(15). De esta manera, en una serie de actos, repeticiones y reactivación intensa de síntomas somos advertidos de un proceso donde fuerzas contrarias se presentan indicando un más allá. Más allá de la represión y en proximidad con lo renegado (verleugnung - desestimado)(16) . Otra pasta que lo reprimido se anuncia en la clínica, tal como lo enuncia Claude Rabant al que acompañamos en este punto “Así pues no es en un sentido, sino en un torbellino de actos y en un recrudecimiento de síntomas como la verdad de la construcción se demuestra”(17) Esa fuerza, ese más allá, se presenta ajena al sujeto, tiene espesor y reclama cauce. Lo desestimado, en su diferencia con lo reprimido puede ser alcanzado por la intervención del analista, como un punto en donde la simbolización mengua su aporte. Aceptamos que la desestimación recae sobre las huellas de un acontecimiento, y no sobre la labor significante como en la represión y esto implica una fractura del espacio discursivo. Esto permite una puerta de entrada para pensar la afirmación freudiana, sostenida en Construcciones en el Análisis donde afirma que una construcción en el proceso de la cura puede producir alucinaciones, es decir como retorno de otro orden. Así, cuando esperábamos la admisión se presenta la reacción negativa. Fuerza que fuerza al andamiaje discursivo y exige maniobras en la dirección de la cura. Obstáculo pétreo, que Freud nos insiste a tener en cuenta, entonces, ese resto desmentido orientará al analista por los efectos de ese rechazo de saber: me niego a saber. Agregamos a esto, que el rechazo de saber no está reservado a nadie, pues es de estructura. Lacan en 1976 al comentar los documentos sobre la escisión de 1953 dice: “No querer pensar en ello no es desgraciadamente el olvido”(19) La exigencia de racionalidad en la factura freudiana, sus argumentaciones, se evidencia en la insistencia en darle lugar, en la estructura de la teoría, a esta fuerza negativa (thanática). Negativa por que fuerza una ligazón imposible. Las dificultades en la clínica y sus interrogantes insisten produciendo un trayecto en la elaboración teórica: 1920 anuncia el anillado de conceptos, en 1924 en El Problema económico del

(15) Construcciones en el análisis –1937 Freud S. Amorrortu editores T 23 Pág. 266.

(16)Reconocemos aquí un problema de traducción que implica un uso complejo y complementario de términos: desmentido – renegado - desestimado ( démenti – désaveu - déni). El más general, por su valor clínico, nos inclina por desestimado (déni)

(17)Inventar lo Real. 1992. Claude Rabant. Pág. 68. Nueva Visión

(19)Ornicar N° 7 –1976 La Scission de 1953 Pág. 57-63 Jaques Lacan

masoquismo, consolida la posición y en 1937 con su texto Análisis terminable e interminable acota las pretensiones y registra los límites. ¿Hasta donde llegar?, pregunta simple en la marcha freudiana que no sabía de detenciones.

“Durante el trabajo analítico no hay impresión más fuerte de las resistencias, que la de una fuerza que se defiende con todos los medios contra la curación y a toda costa quiere aferrarse a la enfermedad y el padecimiento. A una parte de esa fuerza la hemos individualizado, con acierto sin duda, como conciencia de culpa y necesidad de castigo, y la hemos localizado en la relación del Yo con el Superyó. Pero se trata sólo de aquella parte que ha sido, por así decir psíquicamente ligada por el Superyó, en virtud de lo cual se tiene noticias de ella; ahora bien: de esa misma fuerza pueden estar operando otros montos, no se sabe adónde, en forma ligada o libre.* Si uno se presenta en su totalidad el cuadro que componen los fenómenos del masoquismo inmanente de tantas personas, la reacción terapéutica negativa y la conciencia de culpa de los neuróticos, no podrá ya sustentar la creencia de que el acontecer anímico es gobernado exclusivamente por el afán de placer.”(20) Recurrirá aquí a la potencia de la exigencia, que por sus metas llamará pulsión de agresión o destrucción, y que derivará de la pulsión de muerte. Por otro lado, en los últimos años, hallamos en las publicaciones psicoanalíticas abundantes desarrollos sobre los pacientes no “ideales”, los caños, los actuadores, los corporales, es decir aquellos que retrotraen a los analistas a las preguntas sobre la eficacia y el fracaso del dispositivo para aquellos pacientes “no hechos a la medida”, del psicoanálisis y del psicoanalista. Interesante fue escuchar en Analía Meghdessián (21) un interrogante que aunque de valor retórico, invitaba a la respuesta: ¿podremos pensar que todo análisis alcanza un borde, roza un límite, hasta donde llega el trabajo analítico? Agregaremos para nuestros fines, ¿todo análisis se topa con un más allá de la represión? Entonces ¿Hasta donde ir? Tempranamente Freud advirtió este no ir demasiado lejos, sospecha anticipada del interminable-terminar-interminable. Evocaremos un precioso fragmento en su carta a Wilhelm Fliess (N°133) de abril de 1900 en cual hace referencia a un paciente suyo con dos años en tratamiento: “ E. concluyó, por fin, su carrera como paciente mío con una invitación a cenar en mi casa. Su enigma está casi* totalmente resuelto; se siente perfectamente bien y su manera de ser ha cambiado por completo; de los síntomas subsiste todavía un resto**. Comienzo a comprender que el carácter en apariencia interminable (Endlosgkeit) de la cura es algo acorde a la ley y depende de la transferencia. Espero que ese resto no menoscabe el éxito práctico. En mis manos estaba continuar la cura, pero vislumbré que ese es un compromiso entre salud y enfermedad, compromiso que los propios enfermos desean, y por eso mismo el médico no debe entrar en él...”

(20)“Análisis Terminable e interminable” S. Freud .1937. Amorrortu editores T. 23 Pag. 244

(21)Analía Meghdessian. Exposición Curso de Post-grado “Clínica de Bordes” Facultad de Psicología UNR 1997

Nombrar y reconocer, en el devenir clínico la RTN, permite, quizás, saber de ese no ir tan lejos en la cura. No despertar lo que no duerme, pues no todo es inscripción y sueño.

Jorge Rodríguez Solano